Debemos saber escuchar a un amigo, para que él nos pueda escuchar a nosotros.
Debemos tener libertad de expresión, entender al resto del mundo aunque ellos no nos entiendan a nosotros.
Debemos querer lo que necesitamos, no de lo que nos encaprichamos.
Debemos saber esperar, tener paciencia a que lo bueno llegue; porque siempre llega.
Debemos tener el valor de ser sinceros, porque por mucho que duela, ésa siempre será la opción correcta.
Debemos querer, querer tanto que hasta tengamos miedo de que se nos rompa el alma.
Debemos saber reír en los momentos más tristes. Reír más fuerte en los felices.
Y es que es bien sabido, queridos amigos... que el tiempo no está hecho para perderse.
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