Tengo tantas dudas, tantas preguntas sin respuesta...
Tengo tanto por vivir.
Te echo de menos. Echo de menos a aquella persona a la que un día le dije adiós. ¿Por qué es tan difícil? ¿Por qué nos empeñamos en complicarnos de esta manera? Quizás sea la manera de poner interés a una vida llena de apatismo. Tener algo que contar, algo de lo que preocuparse.
Y es que quiero dejarme de tanta tontería. No quiero rumores, ni celos, ni preocupaciones. Quiero que la gente muestre interés, con desinterés. Que la gente tenga claro lo que hacer. Odio perderme entre las palabras, no saber ya ni lo que escribo. Odio no saber expresar lo que siento, ni tampoco saber lo que quiero. Odio tener que hacerme el valiente, hacer como que no duele. Odio tener que ocultar mis sentimientos, ya sea por el qué dirán, o por simple orgullo. Odio este sociedad tan cínica e hipócrita.
Debería haber nacido en otra época. Otra en la que se valore el romanticismo, el preocuparse por una persona sin ver más allá de vuestro alrededor. Un tiempo en el que existiera de verdad el amor.
Intento buscarme, y no dejo de perderme. Quiero ser capaz de tener claras las ideas, los sentimientos. Poder expresarlo todo con la mirada, sin necesidad de palabras. Y es que no busco a alguien que sea como yo, pero sí a alguien que vea la vida como la veo yo.
Hasta entonces, no tengo más remedio... que escapar.
