10.23.2016

Hemos dejado de bailar.

Pues parece que, de nuevo, me equivocaba. Parece que volvía a estar equivocado, a estar en otra sintonía. Que no escuchábamos la misma frecuencia. Que no hemos sido capaces de encontrar una canción con la que bailar juntos.

Y yo, faltando a mis principios. De nuevo, arriesgando todo por alguien que no da nada por ti. Vuelvo a sentirme como un imbécil. A sentir que me han tomado el pelo como han querido. ¿Es que esta situación no va a cambiar nunca? ¿No voy a ser capaz de encontrar a nadie que de la cara por mí? ¿Nadie que sea tan valiente como para decir 'te quiero'?

¿Dónde estás? Al menos, ahora, ya sé a qué atenerme. Otro fracaso más a mi lista de defectos. En fin, qué depresión de sociedad. Qué tristeza pensar que quizás no haya nadie que merezca la pena. Qué duro se me hace.

Y es que quizás voy tras de un 'sí' que no sale. Supongo que, como siempre, es cuestión de esperar.

10.21.2016

Estamos en época de bailar.

Estoy en una época en la que no necesito que me hagan daño.

Muchas otras veces no me importaría, es lo que tiene la vida: arriesgarse y fallar. Pero ahora no. Estoy en una época en la que necesito que me quieran. Una época delicada, de cambio. En la que necesito más que nunca el apoyo de mi familia, de mis amigos.

Estoy a punto de finalizar una etapa que ha marcado mi vida... y necesito comprensión y cariño. Tener la vida fácil, sin problemas, ni preocupaciones de más. Centrar la cabeza en lo que toca, y no divagar por cien mil caminos que no llevan a ninguna parte.

Joder, y es que sé que la vida puede ser fácil. Que puedo ser feliz, sonreír a diario y no necesitar nada ni a nadie. ¿Por qué me empeño en complicarlo tanto? Quizás mi dj favorito tenga razón, y me empeño en forzar situaciones que quizás por sí solas no surgieran. Pero vuelvo a lo mismo de siempre: las relaciones (de cualquier tipo) siempre son cosa de dos. Una amistad no es fructífera si ambas partes no ponen su empeño y dedicación en cuidarla. En hacer que sea una relación sana, satisfactoria y duradera.

No sé, la verdad, por qué a mí me cuesta tanto. Si, al fin y al cabo, esto es cosa de dos.

Quizás la solución esté en no pensar, en dejarse llevar y no preocuparse de estas cosas de más, de tonterías que no tienen bases lógica. Quizás la solución esté en bailar, juntos, aunque sólo lo hayamos hecho una vez. Sin nadie más. Solos tú y yo.

Si te apetece tanto como a mí, no lo pienses: vamo' a bailar.

10.02.2016

Siempre quise ser galáctico.

¿Quién tiene la oportunidad de ser feliz?

Soy virgo, y me encanta. Y lo odio. Y me encanta.
Soy ese tipo de persona que no tiene claro lo que quiere, que le cuesta decidir. Que tiene altibajos constantemente: unos días queriendo comerme el mundo, y otros en los que el mundo me come a mí.

No sé cómo afrontar esto. Me cuesta. Es difícil continuar en un lugar en el que no estás a gusto. Es difícil la vida diaria en un sitio en el que sabes que no eres feliz, y donde nunca vas a llegar a serlo. Un momento, ¿estoy seguro de eso? ¿Nunca voy a poder ser feliz en mi propia ciudad? No, no lo creo. ¿Ves? Otra vez. Ahora sí, ahora no. ¿A qué juego?

Quizás debería ser más valiente de lo que soy, tal cual intento predicar. No aferrarme a las cosas del pasado, intentar seguir adelante saltando todos los obstáculos que se me ponen por delante.

Estar más pendiente de los míos y no ser tan disperso. No tomarme las cosas tan a pecho, e intentar disfrutar más de los momentos: son únicos e irrepetibles. Jamás volverás a estar en el mismo lugar en el mismo tiempo. La vida es fugaz. Sé una estrella.

Y recuerda: calma y paciencia. No te dejes llevar por el momento, piensa con cabeza, organiza tus planes y disfrútalos, con quien quieras y cuando quieras. Y hazlo por lo que te dicte el corazón, no la razón. Pero, siempre, con cabeza.