11.05.2017

Pobre diabla.

Se dice que se te ha visto por la calle vagando.
Llorando por un hombre que no vale un centavo.

Pues sí, todo vuelve. Odio los ciclos. Odio que todo avance hasta llegar al retroceso. Y vuelta a empezar. Tener que revivir cosas que ya considerabas pasadas. Sentimientos que vuelven a florecer. Estoy muy, pero que muy perdido.

Si ya soy indeciso de normal, como para tener estos problemas que no sé cómo resolver. No sé cómo afrontar estas situaciones. Esa sonrisa que creía eterna cada vez tiene más cerca su fin. Pero es algo que no quiero permitir. Llevo seis putos años recordándome que nada ni nadie puede quitarme esta maravillosa sonrisa que tanto me caracteriza. Se me nota. Los que me conocen saben que no estoy bien. Que llevo una época un tanto extraña, de altibajos.

Necesito estabilidad, pero no sé dónde encontrarla. Quizás sea hora de empezar a atajar los problemas de uno en uno. Despacio, con calma. Asegurando que no se tambalea y que estoy apostando sobre seguro. Pero joder, es que no sé por dónde cojones empezar.

¿Y si hago caso del consejo que me dio esa persona que tanto admiro? Quizás sea lo suyo: para estar bien con los demás, primero hay que estar bien con uno mismo. Aprende a quererte. Aprende a quererme.

Nunca es tarde para hacer todo eso que nunca llegaste a hacer. Para dar un cambio a tu vida. Para afrontar nuevos retos y recordarte a ti mismo que para triunfar, primero hay que fracasar. O aportas, o apartas.

Gracias. Gracias por enseñarme tanto.
Te diría que te quiero... pero, por ahora, estoy aprendiendo a decir 'me quiero'.