8.31.2015

Rutina.

¿Otra decepción?

Necesito tiempo. Tiempo para mí, para pensar, aclararme. Necesito olvidarme de todo lo que me rodea por un instante: familia, amigos, responsabilidades... y pensar.

Diferenciar entre aquello que quiero, y lo que no. Buscar nuevas motivaciones, alejarme de las preocupaciones. Y es que sigo sin comprender estos días de bajón que me dan. Tengo demasiados motivos para sonreír, y muy pocos para no hacerlo. Pero hay días que, inevitablemente, me siento apagado.. sin brillo, sin luz propia.

Y es que no puedo hacerlo todo a la vez. Intentando llegar a todo, sin llegar a nada. Céntrate, anda. Prioriza. Poc a poc i ja vorem.

Quiero volver a mi rutina. Algo programado donde no tenía que pensar en lo que venía antes y en lo que iba después. Nunca se me ha dado bien improvisar, aunque creo que debería hacerlo más a menudo.

Así que, si algún día desaparezco de mi rutina, no os preocupéis... estoy improvisando.

8.21.2015

Amores fugaces.

De eso se vive hoy en día, de amores fugaces. Esos que pasan sin apenas darte cuenta. Tan breves como un suspiro, que no duran ni dos amaneceres. Esos que puedes pasarte la noche entera comiéndote a besos y a la mañana siguiente parecer completos desconocidos.

Echo de menos el amor de verdad. Ese que era para toda la vida. Conocer a fondo a la persona con la que vas a compartir el resto de tus días. Vosotros dos. Solos. Aunque si bien es cierto, esto para mí es sólo un concepto. ¿Cómo puedo echar de menos algo que nunca he tenido? Es raro. Demasiado. Pero lo echo de menos.

Y me gustaría encontrar a alguien que fuese igual de raro. Alguien que no te diga sólo lo que quieres escuchar, que te permita conocerle incluso mejor que a sí mismo. Alguien en quien confiar ciegamente: sin mentiras, celos o discusiones de más. Joder, ¿tanto pido?

Supongo que sigue sin aparecer nadie tan valiente. Nadie que se atreva a arriesgarlo todo por amor. Y aquí sigo, desencantado de la vida. Sin nadie que consiga llenar ese vacío que arrastro desde hace mucho tiempo. Sólo hago que suspirar. Encontrar amores fugaces, entre suspiros. Pero no es suficiente.

Vamos a dejarnos de tonterías, de abrazos sin sentimiento o besos a destiempo. Vamos a dejarnos de falsas sonrisas, mensajes sin responder o huir de aquello que no queremos afrontar. Vamos a dejarnos de querer ser perfectos, de crear envidia a nuestro alrededor, de intentar que todos quieran ser como nosotros.

Tienes sueños, metas, objetivos. Dedícate a disfrutar del camino que te lleve hasta ellos, sin que importe el qué dirán. Confía en aquellos que te demuestren que puedes hacerlo. Y recuerda que, aunque pises con firmeza todo puede tambalearse. La decepción está a la orden del día. Pero tú no eres así, eres más... mucho más que eso. Demuéstraselo al mundo y, sobretodo, demuéstratelo a ti mismo.

¿Y ahora? Ahora... sonríe, y disfruta.

Y recuerda que algo bueno siempre está por llegar.