10.09.2013

Menos, y más.

He vuelto. Sí. He vuelto a ser esa persona que nunca he querido ser.

La verdad, me jode. Me jode por mí, por no valorarme tanto. Por crearme unas expectativas que nunca podrán llegar a ser. Ya no sé qué creer. Que cada persona se muestre como quiere que yo la vea, o que yo la vea como realmente quiero verla; y no como realmente es.

He aquí uno de mis puntos débiles. Hago cosas sin sentido, cosas de las que realmente podría prescindir. Pero me sale ser así. Quizás soy yo, o quizás sea que me han hecho ser así. No me gusta esta sociedad. Me gustaría rodearme de gente transparente, que lo diga todo como lo piense y lo sienta, que se atreva a luchar por lo que desea, sin importarle la opinión de nadie, y a contracorriente del resto de la humanidad. Gente valiente.

Sinceramente, ya no sé qué hacer. No sé cómo comportarme. Dentro de lo que cabe, tampoco está siendo un mal año. Quizás estos tres breves meses que quedan me ayuden a darme cuenta de lo que realmente merece la pena en la vida. Valorar esos pequeños momentos, poder sentirme bien conmigo mismo.

Menos caras buenas, y más verdaderas. Menos disculpas, y más arrepentimiento. Menos hablar, y más escuchar. Menos hipocresía, y más valor. Menos superficialidad, y más austeridad. Menos celos, y más pasión. Menos evasión, y más enfrentamiento. Menos conocidos, y más amigos. Menos sexo, y más amor.

Que todas esas cosas son las que yo valoro, y las que yo quiero.



'Cómo me gustaría que el mundo volviera a ser cursi. Que la humanidad recuperara el sentido romántico de la vida y junto con él, la tradición de los noviazgos largos, las serenatas, las cartitas perfumadas, los apretones de manos entre las rejas de los balcones.

Cómo me gustaría vivir en un mundo más discreto y decente, donde el amor fuera una necesidad del alma y no un capricho del culo. Pero qué le vamos a hacer: me tocó vivir una época insensible, deshumanizada, obscena, en la que nadie respeta ya los sentimientos del prójimo.'

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