4.28.2015

Tres son suficientes.

Sigo preguntando por ti. Quiero saber dónde estás, cuándo vas a aparecer. Y no es que me dedique a buscarte. Pero, para qué mentir, tengo ganas de encontrarte.

Entre tanto, voy disfrutando de lo que la vida me ofrece: una mirada que no deja indiferente, el brillo de una sonrisa, o el simple calor de un abrazo.

Soy el típico que se dedica a cuestionar las grandes preguntas de la vida. Me gusta hacer reflexiones, sacar mis propias conclusiones. No sé, al fin y al cabo, no me considero uno de tantos. Y eso, por favor, es algo que no quiero perder jamás. Quiero ser auténtico, original.

Estoy, por fin, aprendiendo a quererme. Vivo una época diferente, pero irrepetible. Necesito aprovechar cada minuto de todo esto que tengo ahora; y sé que lo estoy haciendo. Quizás vivo un poco ausente, indiferente al mundo que me rodea. ¿Acaso eso es malo? ¿Cuántas veces desearíamos olvidarnos de todo lo ajeno, y centrarnos única y exclusivamente en aquello que nos interesa? Noto mi crecimiento interior. Ya no soy el mismo que llegó hace tres meses a un país desconocido, sin saber qué hacer, ni porqué luchar. Cada vez tengo más claros mis objetivos; es algo que necesitaba en mi vida: centrarme y priorizar.

A partir de ahora, seguiré adelante. Cumpliendo promesas, alcanzando sueños, rompiendo esquemas. Espero poder volver atrás, a este mismo instante, y sonreír. Sonreír porque todo aquello que anhelaba se ha hecho realidad. Dejar de lado las preocupaciones, los celos, las tonterías... y dedicarme a disfrutar de lo que he conseguido con mi esfuerzo diario.

Así que ya sabes, Alejandro: fíjate un objetivo claro... ¡y a por todas!

1 comentario:

  1. Dí que sí!! Positivismo ante todo! Acuérdate de la frase "y que me quiten lo bailao". Es mejor disfrutar lo que te venga y no comerte tanto el tarro. A veces, es más perjudicial que beneficioso. Saludos!!

    ResponderEliminar